Entrevista Desde el Sofá Gisela

Teatro Madrid: Desde el Sofá


Entrevistamos a Gisela Novais, protagonista de "Desde el Sofá"

ENTREVISTAMOS A GISELA NOVAIS


“Desde el sofá” reflexiona a través de Ana, la protagonista, sobre una de las preguntas existenciales para la que todos querríamos tener una respuesta: “Si me muriera mañana, ¿He hecho todo lo que quería hacer?”. Si te parases a pensarlo por un momento...¿qué responderías tú misma a este interrogante? 

Sí, absolutamente. Yo, Gisela Novais, si me muriera mañana, he hecho todo lo que quería hacer. No es un camino de rosas, no es fácil el camino del despertar de la conciencia, es incómodo a veces, no es bonito, duele salir de muchísimos estados: de confusión, de duda, de miedo... Es difícil escuchar el alma, lo que uno quiere hacer sin tener miedo. Es una tarea muy complicada y es diaria, es lo que hablo siempre con Emmanuel De Martino, el director y dramaturgo, que ser feliz es una decisión y esta decisión es constante, pero hay mucho ruido que nos interrumpe ese autoconocimiento.

Muchas veces nos dejamos guiar más por el miedo que por el amor,en este caso guiarse por el amor da mucho vértigo porque piensas “voy a estar sola en esta decisión que estoy tomando” o “si hago esto, pierdo esto otro”, y a veces esto exige mucha valentía del ser humano. Algunas veces hay que saltar para que aparezca la red en lugar de esperar que esté la red para saltar. Hay que dejarse sorprender por la vida y empezar a confiar. Mientras uno esté haciendo las cosas de corazón y desde el amor, siempre tiene una gran recompensa. Entonces sí, si me muriera mañana, he hecho todo lo que querría hacer, aunque me gustaría vivir unos años más para poder disfrutar.

Entonces, ¿tú crees que esa valentía es necesaria? ¿ Es necesario arriesgar en la vida diaria para hacer cosas que a lo mejor dan vértigo?

Sí, absolutamente. Es muy exigente también. No voy a hacer spoiler pero la obra cuestiona quién soy porque a veces nos identificamos o con lo que tenemos o con lo que creemos que somos, es positivo poder desdoblarse un poco y entender que no somos una sola cosa. No es decir “así soy y así seguiré hasta el final” o “soy de esta manera y punto”, porque cuando nos posicionamos en ese sitio entra la confusión. Es un acto de valentía tremendo el poder construir un “yo” o más bien dejar salir ese “yo” tan fortalecido que, independientemente de las circunstancias externas, uno será feliz. Es un poco la felicidad absoluta y la felicidad relativa, por eso exige mucha valentía como tener los pies en la tierra, pero que sin embargo, pase lo que pase, uno pueda avanzar convencido de que la vida es un aprendizaje, un acto de valentía muy fuerte.

¿Te identificas con Ana, tu personaje en la obra? ¿También te planteas o te has planteado las mismas dudas que se plantea ella?

Sí. Tenemos una frase que nos encanta utilizar que es “Todos somos Ana”. Y también pensar que uno ya ha atravesado esa situación que está atravesando ella y que ya no va a volver a pasar es mentira porque las emociones fluctúan constantemente, entonces claro que sí me identifico con Ana. Es un personaje que me enseña mucho, ella no lo sabe​ todavía pero es muy valiente porque se lo está planteando al menos.  Estamos muy acostumbrados en esta sociedad a que las cosas sean muy rápido. Como tomarnos una pastilla y que se nos pase inmediatamente el dolor de cabeza, y tal vez ese dolor de cabeza te está contando que tal vez no estás descansando bien, que no estás comiendo bien, o que estás preocupada por algún tema que está rondando por ahí...estamos un poco como zombies. 

Es una sociedad que va muy rápido y ahora cada vez más sobre todo con este tema tan fuerte de las nuevas tecnologías y de las redes sociales, que tiene una parte muy perversa, pero también una parte muy entrañable y maravillosa de mucha gente que nos está brindando información para poder tomar conciencia. Entonces sí, todos somos Ana y todos seguiremos siendo Ana. Lo importante es como se responde ante cada situación.

Ana, tu personaje en “Desde el sofá” hablará sobre distintos temas como el amor, Dios, la soledad o algo muy actual como son las redes sociales...¿tú las utilizas mucho en tu vida diaria?

La verdad, no. Soy bastante mala en eso. Yo las utilizo laboralmente o digamos que es el enfoque que yo le quiero dar. Tengo que aprender todavía que hay ciertos códigos con los que hay que trabajar. Yo creo que cuando utilizas estas herramientas pero no dejas que ellas te utilicen a ti, son fantásticas.  Hay que aprender a escuchar esa voz que habla muy bajito frente a tanto ruido y eso supone un desafío, porque las redes [sociales] pueden hacer mucho ruido. El problema está en creer ese personaje que se forma en las redes, donde toda la gente es maravillosa y eso puede ser muy perverso y dañino.

Esta obra de teatro mostrará al público el diálogo de una persona consigo misma en  la que saldrán a la luz los distintos pensamientos, contradicciones o emociones que pueden plantearse sobre los deseos y planes que podemos llegar a tener en nuestra vida. ¿Crees así que el público se sentirá plenamente identificado con la obra?

Es una obra que no deja a nadie tibio en ningún momento. Todos empatizamos con Ana. Digamos que Ana nos ayuda a observarnos a nosotros mismos. Nos ayuda, nos hace de espejo, para ver nuestra ridiculez, los miedos, la ilusión, lo que en realidad queremos pero que no nos atrevemos a querer. Son muchos temas y es muy emocionante porque la obra funciona. Es maravilloso sentir cómo la gente se emociona, ríe, llora...Todos atravesamos emociones durante esa hora y cuarto...a todo el mundo se le pasa rapidísimo. Ana nos ayuda muchísimo a entendernos y creo que todos salimos de la obra descubriendo algo nuevo. Incluso a mí como intérprete me pasa que en cada ensayo o en cada pase descubro algo nuevo. Es una obra que tiene mucho para enseñarnos. La verdad es que Emmanuel, el director y dramaturgo de la obra, la escribió hace 8 años y la obra es más actual que nunca y él sigue descubriendo cosas en ella. Eso es fantástico.

Otro de los temas que formula “Desde el sofá” es el de la soledad. En estos meses anteriores de cuarentena hay muchas personas que han estado solas o incluso mucha gente se puede sentir sola aún estando rodeada de mucha gente, ¿crees que la soledad es un problema importante del que deberíamos hablar más a menudo? 

Sí. Los occidentales tenemos muchos problemas con el tema de convivir con el vacío o lo mismo que convivir con la muerte o la soledad, que al final es todo lo mismo. Tenemos muchos problemas con eso, nos han dicho que es malo, hemos aprendido eso. Entonces nos da pánico simplemente habitar ese espacio. Insisto, hay tanto ruido que no es posible. De hecho pasa que cuando te vas de vacaciones o te vas a la naturaleza, los primeros días cuestan un montón. Es difícil desenchufarse del móvil e incluso hay gente que sufre de ansiedad o de estrés hasta que el cuerpo entiende que baja el ritmo, que no pasa nada, que no se va a morir. Esto en términos de psicología también es como “la muerte del ego”, el ego que está ahí para protegernos de un montón de cosas.  es muy necesario, pero cuando el ego se convierte en tu identidad ahí la hemos liado porque el ego tiene mucho miedo, entonces siempre necesita que siempre haya gente, ruido, cosas para entretenerse, hacer, hacer y hacer. 

En la sociedad capitalista y patriarcal en la que habitamos, que no estoy hablando de hombres y mujeres, sino esto de “comprar, tener, hacer” y nos hemos olvidado del ritmo biológico de la naturaleza: seguir con los ritmos de día, de la noche, de la Luna... No estamos acostumbrados a escucharnos, a escuchar qué nos pasa y eso es lo que le pasa a Ana durante la obra, que no identifica las emociones. Está tan lejos de permitirse sentir que las desconoce y le asustan, entonces la soledad asusta.  Sin embargo, uno puede aprender a habitar el vacío, y eso también es un ejercicio, un entrenamiento que no se hace de un día para el otro, por eso hay mucha gente que entrenamos meditando. Las primeras veces la meditación es una tortura, es horrible y estar concentrada es algo que empieza poquito a poco...

Es un poco el tema este de las redes sociales, como Tinder por ejemplo. ¿Qué estamos buscando en estas redes sociales o aplicaciones? ¿Seguir rellenando nuestro vacíos? ¿Y como rellena el ser humano esos vacíos? Pues con sexo, con alcohol, con comida, con trabajo...con lo que sea para distraerse. Y no digo que todo eso esté mal en su justa medida, solo digo que uno tiene que aprender a identificar cuando está evadiendo esa soledad o cuando está habitando ese vacío con amor y realmente lo está haciendo porque disfruta.  No nos enseñan y deberían enseñarnos desde pequeñitos a respirar, a meditar, a habitar ese vacío y que no pase nada, a habitar esas emociones: la soledad, la tristeza, la angustia, la alegría, el amor... Si uno se prohíbe experimentar las emociones que creemos “malas”, en​ la misma medida nos evitamos experimentar las que son “buenas”, digo entre comillas porque no hay nada bueno ni nada malo según mi punto de vista. Las cosas son, simplemente. Bueno o malo es un tinte que ya le ponemos nosotros.

¿Crees que la obra es una llamada de atención al público a darse cuenta de que a veces se necesita parar el ritmo y que cada persona necesita su espacio de soledad consigo misma para reflexionar?

Exacto, yo creo que uno de los beneficios del coronavirus, más allá de todos los inconvenientes, que sabemos cuáles son, es el de habernos encerrado en casa a estar con nosotros mismos...a reflexionar, a estar ahí. Sobre todo, antes de ponernos a hacer cosas
como cocinar, etc. Realmente es hacer mucho no hacer nada. Es habitar esos espacios.  Entonces sí, es una invitación a escuchar esa voz interna y es una invitación al silencio, a habitar el silencio y el vacío que tanto miedo nos da.

“Desde el sofá” es un monólogo musical. Cuéntanos de manera más detallada cómo la música toma protagonismo en la obra.

Es hermoso porque es natural. Emmanuel y yo coincidimos en esto, que no concebimos la vida sin música. La música es una de las herramientas más poderosas que tenemos los seres humanos para poder conectar con las emociones. Es inmediato lo que sucede al ser humano con la música, no solo biológicamente en cómo las frecuencias influyen en la vibración de un ser humano sino que la vida tiene música. Cuando uno se para a escuchar, todo tiene música: los pájaros, la lluvia... el universo tiene música. Hay una cosa muy bonita de Pitágoras que es “la música de las esferas”, y es que todo tiene sonido. Para poder llegar al silencio. Muchas veces pasa que tenemos una emoción estancada y una canción nos ayuda a llorar o cuando uno se ha enamorado canta, por ejemplo...O yo que tengo miedo a la oscuridad, cuando entro en un sitio, canto. Entonces la música es un personaje más así como es la iluminación, la escenografía...no hay detalle que no esté perfectamente hilvanado. Todos son personajes y la música en la obra creo que es el personaje principal, y entra de forma natural. 

Martín Mazzón es el compositor de la música y yo escribí las letras para esta temporada porque antes la obra se hacía con covers , con versiones, y este año Emmanuel decidió hacer música original. Es precioso porque además no te das cuenta cuando entra la música. Sientes como que que estás exprimentando una emoción y de repente hay una música que te acompaña. Martín [Mazzón] hizo un trabajo brillante. La música acompaña y ayuda muchísimo al espectador y Ana a hacer las transiciones de las emociones.

Envía un mensaje a aquellos que aún no han visto la obra para que acudan al Teatro Lara y disfruten de ella...

Yo diría que fuesen valientes. Aliento al público a apelar a su valentía como punto de partida para sus propias vidas. Creo que es una obra que nos invita a cambiar el rumbo. Apelo a la valentía del espectador para sentarse y viajar con Ana a través de las emociones para que luego puedan tomar decisiones al respecto de sus propias vidas. Entonces apelo a la valentía y a la curiosidad también, a esas ganas que tiene una persona de hacer un cambio pero no se atreve...sin duda 2020 es el momento de tomar esa decisión.​

Además de esta obra, ¿qué otros proyectos tienes entre manos de cara al futuro?
Yo soy cantante, y ahora mismo estoy trabajando en mi próximo disco. Seguramente grabaré a final de año. Y también estoy trabajando con una maravillosa guionista y directora en una obra de teatro escrita por ella y por mí. 

Gisela  y sus frases nos han CONQUISTADO....

" Algunas veces hay que saltar para que aparezca la red en lugar de esperar que esté la red para saltar"



"Nos dejamos guiar más por el miedo que por el amor. Es difícil escuchar el alma, lo que uno quiere hacer sin tener miedo"



"La vida es un aprendizaje, un acto de valentía muy fuerte"



"Es positivo poder desdoblarse un poco y entender que no somos una sola cosa. No es decir “así soy y así seguiré hasta el final” o “soy de esta manera y punto”, porque cuando nos posicionamos en ese sitio entra la confusión"



"La música es una de las herramientas más poderosas que tenemos los seres humanos para poder conectar con las emociones"

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